'La zapatera prodigiosa'

Las noticias que he leído acerca de la representación lorquiana me parecen poco felices e injustas. El día 19 asistí a ver y oír La zapatera prodigiosa; el público, en pie, aplaudió con entusiasmo. La labor de Manuel Manzaneque y Alfredo Mañas merecían esos aplausos. Todos los actores estuvieron siempre a la altura de Federico. El sencillo y luminoso escenario nos libraba de las escenografías modernas trasnochadas. Las bailarinas y la pianista nos hicieron vivir los bailes y canciones populares. La poesía de Lorca, con ironía, con burla, con lirismo, hacía menos angustiosa la crítica social del pueblo, de las instituciones.Por primera vez veía a una actriz, Laura García Lorca, manejar su cuerpo, su cara, sus manos, su preciosa voz con tanto dominio de la expresión. Elegante y graciosa en el baile y en el canto, llena de expresividad al enfrentarse con los vecinos, que se movían con mucho orden. Después de todo el drama de la vida vamos a dar a un desenlace profundamente humano y sentimental, pero no sentimentaloide.-