El sindicato del Vaticano convoca por primera vez una huelga general
El sindicato del Vaticano ha convocado por primera vez una huelga general en el Estado pontificio para el próximo día 26 de febrero. La histórica decisión ha sido adoptada unánimemente por los 55 miembros del consejo de delegados del sindicato, creado hace cuatro años, al comprobar que no ha habido respuesta a sus reivindicaciones: reajuste de los salarios conforme al aumento de los precios y abanico de indemnizaciones de 500 a 800 dólares (de 100.000 a 145.000 pesetas), según la categoría profesional.
Durante la huelga, el órgano oficioso de la Santa Sede, el diario L'Osservatore Romano, no será publicado y Radio Vaticana no emitirá programas, al mismo tiempo que las puertas de los museos permanecerán cerradas, así como las oficinas de correos, las librerías y las tiendas. Los servicios esenciales estarán, sin embargo, garantizados: un médico y un bombero.
El Papa, los cardenales y los jerarcas del Vaticano no se quedarán, sin embargo, sin agua, luz o calefacción, dado que son servicios que la Santa Sede, al no disponer de centrales termoeléctricas, arrienda directamente al Estado italiano.
En una carta fechada el pasado lunes, los cardenales Sebastiano Baggio y Angelo Rossi, responsables de la administración del Vaticano, se habían limitado a aceptar el principio de dividir a los empleados de la Santa Sede en 10 categorías para poner fin a la jungla salarial, al mismo tiempo que anunciaban su propósito de someter a examen las otras reivindicaciones.
Tras 18 meses de negociaciones, los dirigentes del sindicato del Vaticano han considerado que debían adoptar una posición firme, a pesar de las recomendaciones de los dos cardenales, quienes habían declarado: "El recurso a formas de enfrentamiento en el conflicto que no estén en armonía con el espíritu de la Sede Apostólica nos provocaría gran pena".
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