La 'entente' libio-marroquí

El tratado de unión de Marruecos y Libia coloca a España en una situación militar muy inferior al conjunto de estos países, salvo en el campo de las fuerzas navales, que resulta ventajoso para nosotros. Hay que significar que este pacto sólo puede ser el principio de nuestra alarma, que en un futuro no muy lejano podría cristalizar el proyecto del Gran Magreb árabe africano, lo que, sin ánimo de ser agorero, sería definitivo para el desequilibrio militar adverso con esos vecinos sureños, y un mayor peligro para Ceuta, Melilla y las islas Chafarinas.¿Qué solución hay? Lo primero que salta a la vista es la supuesta ayuda de nuestros aliados de la OTAN; pero esta fórmula adolece de dos inconvenientes: que ahora no sabemos si continuaremos dentro de esa alianza, y que dichos enclaves norteafricanos parece que no quedan bajo la protección de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Por lo que cabe pensar que, si seguimos la vía atlantista, nos comprometeremos más respecto a un hipotético enfrentamiento con el Pacto de Varsovia y, en cambio, tampoco tendremos mejor protegidos esos territorios africanos.

Lo más probable, por desgracia, es que nos quedemos solos ante tan negra perspectiva africana. ¿Habrá que buscar una solución negociadora con Marruecos respecto a esos territorios de soberanía? En principio parece que sí, pero ¿se conformaría Marruecos sólo con eso, o, crecido ante la supuesta debilidad española, aumentarían luego sus pretensiones, con las Cananas en juego? En fin, que la única esperanza que tenemos es que el pacto de Marruecos y Libia sea una maniobra coyuntural, ya que al rey de Marruecos no le debe pasar desapercibido el peligro que para su corona puede representar a la larga.-