Un paso más

El dictamen del tribunal de Pau favorable a la concesión de la extradición de cuatro miembros de ETA Militar solicitada por España y la deportación a la República Dominicana del número dos de la organización - terrorista, Eugenio Echeveste, son dos nuevos elementos que suman en la consideración de que la batalla contra el terrorismo etarra empieza a estar planteada en la -buena vía. De ahí a la pacificación definitiva en el País Vasco queda, sin embargo, un largo camino. ( ... )Lo que resulta más destacable en el dictamen del tribunal francés es la consideración del carácter "criminal" de los hechos que se imputan a los acusados, considerados por el tribunal como delitos de "derecho común", y "no de carácter político". La cobertura de la intencionalidad política no es ya de recibo cuando en España se vive en democracia y él sistema autonómico vigente está a años luz de la simple descentralización, administrada a cuentagotas, que se practica en Francia.

Las reacciones que ha provocado la decisión del tribunal de Pau no por previsibles son menos llamativas. Quizá la más significativa ha sido la del PNV, que se considera legitimado para pedir a París que no conceda las extradiciones y se mantenga a Francia como tierra de asilo, para acabar el PNV extrayendo la conclusión de que "medidas de este tipo no ayudarán a resolver el fenómeno de la violencia".

Se puede estar de acuerdo en que las actuaciones policiales y judiciales no bastarán para lograr la pacificación definitiva en el País Vasco ( ... ) y que una exploración seria y generosa de la vía de negociación puede ser el elemento catalizador que acelere la reacción pacificadora. Pero es mucho pedir que, a la espera de la por el, momento hipotética negociación, dos Estados soberanos renuncien, uno, a aplicar las leyes vigentes, que incluyen la posibilidad de concesión de extradiciones por hechos apreciados como de derecho común por sus propios tribunales, y el otro, a su derecho y obligación de defenderse y defender a sus ciudadanos frente a unos terroristas que, de momento, siguen asesinando.