Celebración de una fecha histórica

El miércoles 6 de junio, al parecer fecha histórica, no pude menos que sentir una terrible vergüenza. Y es que no puede sentirse otra cosa cuando se ve que los gobernantes de todo el mundo occidental se reúnen (rara situación), y no es para hablar de la paz, ni para reactivar la economía, ni tan siquiera para asistir a algún acto cultural. Se reúnen para celebrar un acontecimiento bélico en el que miles de hombres, tanto buenos como malos, murieron en las playas francesas.Es increíble que en un mundo como éste, en el que la paz está constantemente amenazada y en el que los dirigentes de todas las naciones se esfuerzan por convencernos de que ellos son los más pacíficos, se celebre un suceso como aquél.

No dudo de que tuvo una gran importancia en el transcurso de la guerra y que fuera el principio del fin de ésta, pero también la bomba de Hiroshima acabó con un conflicto armado y hoy día creo que sería impensable celebrar aquel hecho. Es muy triste que todos los dirigentes de los países occidentales se hayan prestado a esta campaña propagandística norteamericana.

Días como el 6 de junio, como el 24 de agosto de 1939 (invasión de Polonia por los alemanes), como el mes agosto de 1968 (invasión de Checoslovaquia por la URSS) o como el 18 de julio de 1936 deberían no olvidarse para que no se repitieran, pero no celebrarse como si de hechos felices se tratara, independientemente de quien fuese el vencedor.

Cuando en el mundo se dejen de celebrar fechas como ésta podre-

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