Clandestinos como la vida misma

Antoni Roig, comerciante, miembro del Consell Nacional del PSC es el presidente de la Asociación de Residentes en Andorra (ARA), una entidad semiclandestina como lo son también los partidos o los sindicatos. La ARA agrupa a varios centenares de españoles con residencia en Andorra y,a pesar de las trabas legales, ha podido hacer oír su voz ante organismos de la Administración de España, como el Instituto de Emigración, y también a través de diputados del Congreso. "Uno de los logros más importantes que hemos conseguido del Gobierno González es que todo español en paro que retorne tenga derecho a cobrar las prestaciones complementarias del seguro de desempleo, es decir el 75% del salario mínimo por seis meses, renovables por tres más", explica Roig. En Andorra existe el despido libre y, si se considera imputable al trabajador, el patrón no debe dar preaviso ni indemnización.Los españoles integran la comunidad más importante de Andorra. En 1980, de 35.460 habitantes, 20.378 eran españoles, 9.792 eran andorranos y 2.474 tenían nacionalidad francesa. Sin embargo, sólo el 7,7% de la población es asalariada, mientras que entre los residentes españoles es del 77,8%. Próximamente ARA se reunirá en un hotel, ya que los organismos públicos les han negado sus locales, para debatir sus problemas. Hace dos años, cuando se convocó la última reunión, la policía andorrana tomó nota de las matrículas de los coches de los asistentes y de las formulaciones del acto.