Plan piloto contra la delincuencia en Pan Bendito, San Blas y Orcasitas

Ayuntamiento, el Gobierno Civil y la Comunidad Autónoma pondrán en práctica un plan piloto de prevención de la delincuencia y la marginación social, cuya primera fase se desarrollará durante este año en los barrios de San Blas, Pan Bendito y Orcasitas. La adhesión del Ayuntamiento de Madrid al plan se acordó oficialmente ayer, en el transcurso de la reunión del equipo de gobierno municipal.Los tres organismos públicos citados, en colaboración con varios departamentos ministeriales, pondrán en práctica un conjunto de medidas destinadas a ofrecer a los jóvenes de los barrios en cuestión una serie de alternativas que les de la delincuencia y de la droga, ambos problemas íntimamente ligados entre sí.

Según afirmó ayer José María de la Riva, coordinador del grupo de concejales socialistas, "se trata de llevar a la práctica las conclusiones teóricas acumuladas en años anteriores por asistentes sociales, estudiosos y vecinos en general, que afirman que es la falta de empleo, la falta de actividades deportivas y culturales en general y la falta de información lo que predispone a los jóvenes a la marginación social".

El ayuntamiento destina al plan piloto una inversión de 28 millones de pesetas, además del apoyo técnico de su infraestructura cultural y asistencial. El Gobierno Civil, coordinando las inversiones económicas del Instituto Nacional de Empleo, destinará 200 millones de pesetas a realizar obras sociales en esos barrios, que serán ejecutadas por trabajadores en paro de los mismos.

La Comunidad de Madrid aportará al programa otros 100 millones de pesetas, también con fines asistenciales.

A finales de este año se hará un primer balance de los mecanismos puestos en funcionamiento y su efectividad. El plan piloto, sin embargo, se alargará por espacio de varios años antes de que pueda arrojar resultados palpables.

José María de la Riva afirmó que se han elegido estos tres barrios madrileños porque, aparte de ser zonas donde la delincuencia ha tomado proporciones muy peligrosas, se trata también de barrios en los que las entidades de participación ciudadana tienen un protagonismo real en la vida de los mismos.