La sombra de Mihura

.La cantante calva es la primera obra de lonesco (con La leçon). Se estrenó en 1950 en el teatro de la Huchette, de París, y allí sigue, después de 10.000 o 12.000 representaciones, más los millares de otras ciudades y del mundo entero. La cantante, que rompió una epoca, un lenguaje y un sentido del teatro, es la base de un programa presentado en la sala Cadarso por el Teatro Universitario de Madrid, con la breve estampa El maestro, también de lonesco, y con El difunto, de René de Obaldía, un vanguardista que comenzó a estrenar hacia 1960. El texto fundamental de lonesco sigue conservando su frescura, atravesando el tiempo, la traducción y una interpretación que no es profesional.

El espectador español reconocerá una vez más el sentido del humor, la fina explotación del vocablo, el asombro ante el tópico, la crítica de aspectos de la burguesía que aquí produjo Mihura y luego, con él, Tono. Los diseños de Lorenzo Collado sacan el partido posible de la pobreza, y la dirección de Manuel Canseco, todo el que puede a unos actores con excelente voluntad. Y el público expresa su regocijo.