Los socialistas no pueden ser padrinos

En EL PAIS de fecha 11 de marzo de 1984 leo la noticia de que el obispo de Sigüenza-Guadalajara prohibe un bautizo cuyos padrinos iban a ser el presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, don José Bono, y su esposa, doña Ana Rodríguez. El motivo que alegaba este obispo era que él no podía admitir como padrinos a personas que pertenecieran al Partido Socialista Obrero Español, alegando unas razones que como cristiano me hacen sentir muchísima pena, ya que pienso en qué manos está puesta la dirección de la Iglesia española, y añoro a personas como monseñor Tarancón, por desgracia hoy jubilado, y que en estos momentos debe de sentir, como yo, pena, dolor e impotencia ante tan absurdos hechos.Me duele mucho el trato que estos señores tienen con más de 10 millones de españoles, muchos de ellos cristianos, que hemos votado a estos señores para que sacaran al país de las tinieblas, que es donde debe de vivir el señor obispo de Sigüenza-Guadalajara, y desde luego si la niña no hubiera sido bautizada y después falleciera ese mismo sábado, por culpa del obispo, me parece que el infierno se quedaría pequeño para recibir a tan gran pecador como usted, señor obispo.

Pediría a estos dirigentes de la Iglesia española que formen a sus personas, que les digan en qué fecha vivimos, que estamos en Occidente, que queremos vivir en paz y libertad, y que acciones como esta no son buenas para la convivencia de todos. También les diría algo más: que arreglen los problemas de ellos, por qué no hay vocaciones, por qué se ven ejemplos de sacerdotes cuyo comportamiento deja mucho que desear, por qué lo débiles que son ante el dinero, etcétera; pienso que la Iglesia española necesita una amplia reconversión para que se acaben para siempre actitudes tan lamentables como la del señor obispo de Sigüenza-Guadalajara con la no aceptación como padrinos del señor presidente de su comunidad y su esposa, que, aunque cristianos, tienen el inconveniente para él de pertenecer al Partido Socialista Obrero Español. Yo rezaré para que el Señor le envíe de regalo alguna neurona para las pocas que debe de tener este obispo en su cerebro, y así este buen hombre pueda afrontar con garantías la responsabilidad de regir su obispado, y hechos como este no se repitan nunca jamás. /