Defensa de 'Teledéum'
La crítica publicada en este diario sobre Teledeum, de Els Joglars, planteaba un presunto ocaso de Boadella, refiriéndose a un autor "sin pilas", sin cuerda, acabado, exhausto, 'indigno", y señalaba que este montaje "no llega ni siquiera a comedieta, con cuatro o cinco chistes que no son ni baratos, sino francamente malos". Yo creo que sí el contenido de Teledeum no le hubiera puesto el dedo en la llaga, el crítico no hubiese hecho esas reflexiones.Como las cargas contra Teledeum siguen, sostengo que hay otra visión de Teledeum. La obra es algo original, insólita, pero sobre todo atrevida. Toca un tema crucial hasta ahora inviolable: el reducto de los valores eternos, los santuarios de la moral más antinatura y antivida que hayamos conocído en la historia del hombre; una moral de esclavos y de resentimiento., la de los que perpetran la mortificación del cuerpo para la salvación del alma.
Hay que reconocer un valor interesante a la obra: hasta ahora estábamos acostumbrados a criticar, ridiculizar u opinar en contra de cualquier cosa (políticos, ideologías, instituciones), pero ¿poner en tela de juicio, que existan divinidades? ¿Dudar de que exista un solo Dios, el único, el verdadero, el omnipresente y omnipotente? ¡Herejía! ¿Ridiculizar y poner en tela de juicio la sacralización de vino y de oblea? ¡Herejía! ¿Ridiculizar el sentimiento -casi continuo de culpa y pecado, las desviaciones sexuales y afectivas (cosa normal y lógica) que tienen casi todos los reprimidos sexuales? ¡Herejía!
Que quede: claro que no opino desde una óptica marxistoide, pues la llamada ciencia marxista -en su filosofía y método, liturgia y culto- es una reproducción de todos y cada uno de los valores del legado judeo-cristiano. /
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