El Kremlin acusa de bandidaje a EE UU por su bombardeo de posiciones sirias

El Kremlin ha reaccionado con cierta frialdad ante la incursión del domingo de la aviación naval estadounidense contra las posiciones sirias de Líbano, ataque calificado de acto de bandidaje.Sin dejar de apoyar a los árabes y acusando, como siempre, de colusión con Tel Aviv, al Gobierno de Washington, los dirigentes soviéticos no han dado más importancia al asunto, al que han tratado como a anteriores enfrentamientos habidos en Líbano desde que llegaron al país las fuerzas norteamericanas.

"Es un acto más de bandidaje", decía ayer el responsable del departamento de información internacional del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, Leónidas Zamiatin, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en Moscú, junto a otros dirigentes. Zamiatin agregó que la URSS continuaría prestando su apoyo a los que resisten contra la "agresión" estadounidense e israelí.

Otro de los que ocupaban la tribuna de la conferencia de prensa, el mariscal Nikolai Ogarkov, jefe del Alto Estado Mayor del Ejército de la URSS, apoyó lo dicho por Zamiatin y añadió que ocho aviones israelíes participaron en la incursión norteamericana.

Tanto las declaraciones de Zamiatin y Ogarkov como las informaciones ofrecidas por la agencia oficial, Tass, tienden más bien a desdramatizar el problema, sin llegar en ningún caso a señalar que en la región de Líbano ocupada por los sirios y bombardeada el domingo por los norteamericanos se encuentran varios centenares de asesores militares soviéticos que, entre otras tareas, se ocupan del mantenimiento y funcionamiento de los sofisticados cohetes SS-5, corazón de la defensa antiaérea de Damasco en el valle de la Bekaa, fabricados en la Unión Soviética y proporcionados a Siria hace 11 meses.