Referéndum sobre el aborto

Desde la subida de los socialistas al poder vengo observando, de uno y otro lado, un hostigamiento constante a la celebración de un referéndum sobre la OTAN, uno de los puntos del incumplido programa del PSOE. Tal medida me parece resueltamente absurda, con todo y que la encuentre necesaria en la medida en que existía un compromiso tácito por parte de los socialistas en que se llevaría a cabo. El retraso en la consulta a 1985 me causa cuando menos cierto rubor, pues ¡he temo que el PSOE va a utilizar dicho referéndum como pieza básica de precampaña electoral, lo que a todas luces resulta inmoral, aunque absolutamente coherente con una política que en pocos meses ha pasado de desestabilizadora (agresividad verbal, moción de censura, caída de Suárez, oposición sistemática y falta de apoyo a la democracia -no a la investidura de Calvo Sotelo horas después del intento de golpe de Estado-) a dócilmente moderada.He dicho antes que la consulta para la salida de la OTAN me parecía "resueltamente absurda", porque sencillamente es así: mientras continúe vigente el tratado con Estados Unidos y mantengamos bases americanas en nuestro territorio, ¿de qué nos sirve salir de la OTAN? Entiendo, no obstante, que sería infinitamente más positivo, ahora que se discute en las Cortes, un referéndum sobre el aborto, al igual que se ha hecho en otros países occidentales, en lugar de despenalizarlo en tres casos concretos. Si aceptar el divorcio o la droga blanda fue admitir la realidad de lo que ocurre en la calle, no se puede olvidar que miles de mujeres viajan a Londres todos los años, y no precisamente a visitar el palacio de Buckingham. Por otra parte, no existe nada más cruel ni ignominioso que el hecho de que una madre tenga que traer al mundo un hijo que no desea. A nadie se le va a obligar a que haga lo que no quiera hacer, pero la libertad nace en la probabilidad de elegir. Exigir un referéndum para que las que lo deseen no sean madres solteras es, simplemente, un derecho. /