Crisis en las relaciones Estados Unidos-URSS

Condena generalizada e inquietud en Europa y en medios de la OTAN

Los gobiernos de numerosos países occidentales han manifestado su condena e inquietud por el aparente derribo del jumbo surcoreano de la compañía JAL por cazas soviéticos Mig 23. En Europa se han producido reacciones especíalmente sensibles.El incidente ha causado una honda inquietud en los medios diplomáticos de la OTAN, aunque, por el momento, no ha habido ninguna reacción oficial de la organización atlántica.

El portavoz del Gobiernóde la República Federal de Alemanía declaró "que la destrucción en tiempos de paz de un avión de línea es un acto abominable y sin precedentes en la historia de la aviación civil".

En Londres, el Gobierno ha considerado el hecho como "profundamente inquietante e inexplicable a primera vista". La Prensa británica se muestra más exaltada en sus comentarios.

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El ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson, ha sido encargado de pedir "todas las explicaciones necesarias para que queden aclaradas las responsabilidades de este trágico suceso". La embajada soviética en París ha denunciado el "histerismo" con que se ha orquestado una campaña antisoviética.

Canadá, Australia, Bélgica y los Países Bajos han reaccionado en similares términos. Al margen, incluso, de consideraciones políticas, prevalecen en los comentarios de condena las razones humanitarias.

Bruselas declaró no comprender en qué tipo de intereses puede escudarse la URSS para justificar "el sacrificio a sangre fría de 269 vidas humanas".

El ministro japonés cle Asuntos Exteriores expresó también su indignación y declaró que su Gobierno espera con impaciencia una explicación del soviético, de la que dependen las relaciones entre su país y la URSS.

El papa Juan Pablo II envió ayer un telegrama de pésame al cardenal Stephen Sou Hwan Kim, arzobispo de Seúl, por la "tragedia del jueves".

La República Popular China se ha identificado con las acusaciones formuladas por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y Pekín manifestó ayer su "indignación" y su "pesar" por el suceso.

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