Un entierro irregular

El pasado día 26 de mayo se produjo el fallecimiento de nuestra madre, doña María de los Remedios Orozco Galván, la cual, por inquietud propia de las creencias religiosas normales en la mayoría de los españoles (dignas del máximo respeto), llevaba pagando durante 40 años una póliza de seguros de enterramiento (cuestión obsesiva en la difunta) con la compañía Santa Lucía, SA, póliza en la que se especificaba un servicio digno y con un cierto lujo, no cumpliéndose el mismo por negligencia e Irresponsabilidad de la referida compañía, ya que: - No llevó el arca contratada, alegando los funcionarios que la fallecida no cabía en la misma por excesivas dimensiones de anchura, circunstancia esta que expusie ron los familiares en el momento de notificar el fallecimiento en la funeraria para que tomasen las medidas necesarias, cosa que no se hizo.

- Debido a esta negligencia tuvieron que improvisar una caja anticuada y dé muy inferior calidad con respecto a la que le correspondía, caja que tuvo que ser suplementada la tapa con unas tiras de aglomerado, resultando un adefesio monstruoso.

- Tampoco llevó el coche fúnebre correspondiente porque, según los empleados, la caja no cabía en el mismo, sustituyéndole con una furgoneta color crema sin distintivo fúnebre alguno.

- Una vez en el cementerio, y por las causas antedichas, el ataúd no cabía en el nicho familiar previsto, con lo que trataron de efectuar la exhumación en una fosa común, provocando con esto una grave y tensa situación entre los familiares y acompañantes allí presentes.

-Por último, y ante la indignación de todos, los empleados decidieron trasladar el féretro al depósito para volver a reformar la caja, con lo que al fin pudo ser introducido en el nicho familiar. El objeto de hacer pública esta queja de los familiares es porque no hemos sido atendidos por Santa Lucía, SA, al requerir de la misma una disculpa por los errores cometidos. / Antonio Castro. Cádiz.