Soares asume la jefatura del Gobierno portugués

Mario Soares anunció ayer, durante la ceremonia de su toma de posesión como jefe del Gobierno portugués, un conjunto de medidas destinadas a enderezar la situación económica y financiera del país. El nuevo presidente socialista del ejecutivo supo dar un tono de fuerza y autoridad, que contrasta con el escepticismo de la Prensa portuguesa y la prudente reserva de muchos de los miembros de su Gabinete.

El programa de urgencia anunciado para los próximos 18 meses dará prioridad a la estabilización de la deuda exterior, que asciende a 13 mil millones de dólares, y se complementará con un plan de recuperación económica, de 2 o 3 años de duración, destinado a estimular la inversión y el ahorro y relanzar la producción empresarial.Presentada bajo la forma de un imperativo patriótico sin alternativa, Soares dejó claro que no tendrá contemplaciones para quien trate de obstaculizar su política.

En relación al presidente de la República, Mario Soares afirmó que "rechaza todo tipo de guerrilla institucional", pero citó el texto de la Constitución para recordar al general Eanes los límites de sus funciones, al margen de la gestión política del país.

En materia de política exterior, las prioridades son las mismas, aunque la "mejora sustancial de las relaciones con España" cobre una importancia y una urgencia nueva.

El discurso del general Eanes, que Soares escuchó con semblante cargado, obedeció a la estrategia del contrapunto que el jefe del Estado portugués viene adoptando sistemáticamente ante todos los Gobiernos. Eanes, sin minimizar la gravedad de la crisis económica y financiera, destacó las condiciones políticas excepcionalmente favorables que reúne el nuevo Ejecutivo. Recordó que la Constitución proporciona a la coalición poderes superiores a los de los anteriores Gobiernos y que el éxito de la gobernación dependerá exclusivamente de la capacidad y del sentido de responsabilidad de los nuevos dirigentes.