El festival de Berlín aúna el cine independiente y el de consumo

Con la proyección de Tootsie, del norteamericano Sydney Pollack, se inaugurará esta noche el 33º Festival Internacional de Cine de Berlín. Una apretada selección de títulos repartidos entre distintas secciones formará la primera entrega del año de uno de los festivales más importantes de Europa.En Berlín se pretenderá aunar un cierto cine independiente que no suele tener acogida en otras manifestaciones similares con el necesario tributo al cine de consumo que mantenga vivo el mercado del filme, lugar de encuentro entre productores y compradores.

Así, se mantendrá también el constante enfrentamiento de Berlín con el festival de Cannes, que se celebra durante el mes de mayo, y al que debe arrebatarle algunas de las películas fuertes de la temporada. Ambas manifestaciones cinematográficas compiten desde su fundación por obtener las películas más brillantes y, con ellas, el dominio del mercado, fuente primordial de sus ingresos.

Vieja polémica que no acaba de inclinar la balanza a favor de ninguno de los antagonistas, porque mientras en Cannes perdura el carácter festivo, al margen de la calidad y abundancia de sus películas, en Berlín, donde el frío invernal invita exclusivamente a la sala de proyección o al retiro hogareño, el criterio de la programación debe ser más riguroso.

España participa en la competición con La colmena, de Mario Camus, mientras que otras dos películas -El cabezota, de Francisco Lara Polop, y La rebelión de los pájaros, de Luis José Comerón- se proyectarán en secciones paralelas. Suelen ser ignorados por la Prensa los títulos no proyectados en la competición, en la sección informativa, de igual rango que la anterior, o en el Forum Internacional de Cine Joven (festival paralelo equivalente a la Quincena de Realizadores, de Cannes, en el que se exhiben generalmente películas de nuevos autores o incluidas en géneros o estilos poco comunes).

La atracción, pues, es protagonizada este año por los últimos títulos de Erich Rohíner, Alain Robbe-Grillet, Vadim Glovna, Chris Marker o Joaquim Pedro de Andrade, al margen del famoso Nápoleón de Abel Gance que se proyecta en una sala comercial en su versión íntegra acompañada de las ilustraciones musicales de una orquesta sinfónica.