Silencio español al debatirse el tema saharaui en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU

La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es partidaria de la independencia política, de la autodeterminación de los pueblos, como premisa para el disfrute individual de las libertades fundamentales.

España, que oficialmente comparte esta filosofía, parece conformarse, por ahora, con "ver, oír y callar". Los diplomáticos españoles que participan en los trabajos de la Comisión continúan, como en años anteriores, manteniendo una actitud más bien pasiva, de simples observadores.Hasta la fecha ha habido, por citar algunos ejemplos, un gran debate sobre la política israelí en los territorios árabes ocupados y, dentro del mismo contexto, el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino. Algunas delegaciones han insistido más particularmente sobre el problema del Sahara; otras, sobre la independencia de Namibia, pero la española todavía no ha dicho nada. El silencio de la delegación ha causado cierta extrañeza y frustrado algunas esperanzas.

Aunque España no es miembro titular, su escaño de observador le otorga el derecho a la palabra. Sin embargo, "como Madrid no da instrucciones", dijo un funcionario, interpretando la nueva diplomacia nosotros, a callar, a dejar que corra el agua".

Referiéndose a la descolonización del Sahara occidental, el representante argelino, Bachir Ould-Rouis, inculpó a Marruecos de haber paralizado el proceso. El estancamiento actual se debe, afirmó, a la actitud tan ambigua de la potencia ocupante, que, por un lado dice respetar las decisiones de la OUA y, por otro, continúa manteniendo una guerra sin tregua contra el pueblo saharaui.

En su respuesta, el jefe de la delegación marroquí, Alí Skalli, sostuvo que su país había solicitado el alto el fuego primero y un referéndum después, y que habría que esperar a que los interesados, las personas originarias del territorio, puedan, sin intermediarios, expresarse libre, directa y democráticamente".

Considerando que la autodeterminación del pueblo saharaui no era competencia de la Comisión de Derechos Humanos, el señor Alí Skalli manifestó que el asunto había sido objeto de discusiones pertinentes en el seno de la Organización para La Unidad Africana (OUA). Por consiguiente, añadió, sería conveniente dejar a esta institución regional que se ocupe de sus propios problemas regionales.

El representante francés, por su parte, Robert de Sousa, intervino también en el tema en un tono más conciliador, abundando en la necesidad de un referéndum regular, para lo cual sería menester, dijo, un censo honesto. La actitud española de silencio ha causado cierta extrañeza, y quienes esperaban un posicionamiento progresista del nuevo Gobierno en este foro, deberán esperar. Madrid no tiene intención de intervenir en los debates.

Oficiosamente consta, sin embargo, que la delegación española podría hacerlo cuando se aborde el tema de los desaparecidos. Italia prepara un proyecto de resolución al respecto, que podría copatrocinar España, pero la decisión final dependerá del cariz que tomen las discusiones