Un matrimonio y siete niños, obligados a abandonar su casa.

José Luis Pérez González, tapicero en paro desde hace cinco años; su mujer, Luisa, y seis hijos de edades comprendidas entre quince y un año de edad, más un sobrino de dieciocho, pueden quedar en la calle si antes de que acabe el mes no encuentran una vivienda. La que ocupan desde hace doce años, en la plaza de Matute 7, propiedad de los herederos del marqués de Eugena, tienen que abandonarla porque ha sido puesta en venta toda la finca. La única posibilidad de permanecer en la casa, de menos de 35 metros cuadrados repartidos en dos habitaciones y un largo pasillo, consiste en que puedan reunir las 650.000 pesetas que pide el propietario, objetivo imposible. Toda la familia vive de las 12.000 pesetas que cobra la madre de la Seguridad Social.