El equívoco Balbín

BaIbín ya ha hablado. Mucho se ha hecho esperar el director de los servicios informativos. Pero ha hablado, al fin. Lo dice el refrán: las cosas de palacio van despacio. Lo que no dice el refrán es que la gente de palacio dispone de fines de semana que abarcan desde el mediodía del viernes hasta la noche del martes.BaIbín ha hablado, pero nada nuevo ha añadido a lo que dijera en la noche del martes, al pie del avión: que el programa La clave se suspendió por indisposición suya, estado en el que confluía una gripe y una taquicardia; que el mediodía del viernes fueron desconvocadas las personas que se habían anunciado para el debate, porque mal podría moderarlo otra persona que no se conociera el guión; que previamente había conseguido la baja por enfermedad y que en tal sentido informó al director general de RTVE y al subdirector de los servicios informativos; que a las dos de la tarde, encontrándose ya mejorado en su estado, fue dado de alta; que teniendo pendiente un viaje a Alemania para ver los telediarios del fin de semana, decidió adelantar el viaje. El director de los servicios informativos, José Luis BaIbín, tiene mucha suerte en padecer dolencias, incluso agravadas con una complicación, que se declaran y se resuelven en el plazo de unas horas.

BaIbín ha hablado y se ha referido a los ataques que está recibiendo. Ha advertido que no quiere hablar de "campañas orquestadas", porque tienen matiz franquista. Pero las ha citado. Tan de época franquista puede ser orquestar una campaña como la simple cita para negarla.

Nosotros podemos asegurar a José Luis BaIbín que no existe ningún propósito en este diario en concederle ningún tipo de protagonismo -aunque por tres días consecutivos haya tenido que citarle en el editorial-, porque aspiramos desde aquí a una televisión normal y desdramatizada, en la que sólo sean noticia los programas por su calidad. 20 de enero