Cien años de proyectos

El enlace fijo entre Africa y Europa a través del estrecho de Gibraltar ha sido objeto de numerosos proyectos durante más de cien años, alentados por la escasa distancia que separa ambos continentes (13.800 metros). Gran parte de las ideas nacieron, crecieron y murieron en el seno de comisiones ministeriales españolas desde que el conde Laurent de Villademil elaboró en 1869 el primer estudio para unir lo separado por Hércules, según la leyenda, o por la naturaleza de la era terciaria, según la ciencia.El subterráneo pensado por Laurent abrió paso a decenas de proyectos, centrados en túneles, tubos sumergidos o puentes. Los avances tecnológicos han permitido realizar sueños similares en diversas partes del mundo: en 1937, el puente de Golden Gate, en la bahía de San Francisco (1.280 metros); muy recientemente, el túnel ferroviario de Seikan, entre las islas japonesas de Hokkaido y Honshu (53,9 kilómetros, de ellos 23,3 kilómetros submarinos, a 140 metros de profundidad); el proyectado bajo el canal de la Mancha (53 kilómetros hasta 180 metros); el del estrecho de Mesina o el túnel de Talave, del trasvase Tajo-Segura (31,5 kilómetros).

En el Estrecho, el puente presenta problemas tecnológicos y jurídicos, derivados de colocar pilares a grandes profundidades y del gran tráfico marítimo. El tubo sumergido sería más fácil y rápido, según los ingenieros, pero encontraría como obstáculos las poderosas corrientes de la zona y las grandes profundidades. Las conversaciones hispano-marroquíes y los dos coloquios internacionales celebrados han preferido como solución el túnel, que en principio sería ferroviario y de telecomunicación, para luego incorporar conductos energéticos. No obstante, han sido registradas o presentadas otras alternativas, como la de Alejandro Goicoechea, quien concibió un puente sobre una gran presa que aproveche energéticamente las corrientes del Estrecho.

Los trabajos ya realizados por la sociedad española de estudios para el enlace (SECEG) y la Société Nationale d'Etudes du Detroit (SNED), que tienen un presupuesto anual de trescientos millones de pesetas, apuntan hacia un túnel a trazar en zona de calados mínimos (como máximo 350 metros). Así, tendría unos 47 kilómetros, a la izquierda de Tarifa, de ellos 29 kilómetros sumergidos.