British Petroleum espera la autorización administrativa para comprar Nanta

La compañía británica British Petroleum está realizando gestiones para comprar la empresa española de piensos compuestos Nanta, una de las principales del sector. El proceso de negociación se encuentra en estos momentos muy avanzado, habiéndose conseguido incluso un acuerdo sobre el precio. Tan sólo se está a la espera de que la Administración española dé su conformidad a esta operación.

Sin embargo, la Dirección General de Industrias Agrarias, del Ministerio de Agricultura, ha emitido un informe desfavorable, según han informado fuentes próximas al citado departamento. Con ello se pretende evitar, según parece, el que las empresas más importantes del sector de piensos compuestos caigan en manos de compañías multinacionales.A lo largo de los últimos años, la penetración de las grandes compañías mundiales de piensos compuestos en el sector español se ha convertido en una gran preocupación para los ganaderos españoles. Actualmente, las compañías más importantes que cuentan con participación extranjera son Sanders (en la que tienen mayoría el capital holandés y el británico), Bioter-Biona (que ha sido adquirida recientemente por la empresa norteamericana Saprogal) y la red Purina, que antes estaba en manos de Gallina Blanca, en la que la mayoría del capital pertenece ahora a Raston.

Capital extranjero

Según medios del sector, se puede considerar que el 60% de la producción nacional de piensos compuestos está en manos del capital extranjero, proporción que aumentaría en caso de confirmarse la adquisición de Nanta. Paralelamente, hay que tener en cuenta que gran parte de la producción de cerdos, pollos y últimamente terneros criados de forma intensiva se encuentra en manos de las grandes compañías integradoras, fundamentalmente norteamericanas, con lo que el sector estratégico de la ganadería intensiva española está controlado por el capital extranjero.Por otro lado, el sector de piensos compuestos español atraviesa una grave crisis, derivada en gran parte de las dificultades por las que atraviesan los ganaderos, tras tres años consecutivos de sequía, el retroceso en la demanda de carne de vacuno y el sacrificio de 80.000 madres reproductoras de porcino. Ello ha provocado que durante los dos últimos años se hayan cerrado más de cincuenta fábricas, de las setecientas que componen el conjunto del sector, que está trabajando a menos del 50% de su capacidad, según un reciente estudio publicado por el semanario Actualidad Agraria.