Sorprende en Washington la recuperación de las fuerzas iraníes

La amplitud de la ofensiva lanzada por las tropas del ayatollah Jomeini contra Irak parece indicar una reorganización eficaz del Ejército iraní de graves consecuencias para la región del Golfo, estimaban ayer medios próximos al Pentágono. A pesar de que Washington no se aventura a emitir pronósticos sobre los resultados del conflicto irano-iraquí, expertos militares norteamericanos no ocultan una cierta sorpresa ante la capacidad del Ejército iraní para sobreponerse después de veintidós meses de enfrentamientos contra Irak. "La combinación entre el Ejército regular y los guardianes de la revolución parece muy eficaz", declaró a la agencia France Presse un experto militar, según el cual las fuerzas iraníes están ahora superando la confusión que provocó la depuración de un gran número de oficiales del antiguo régimen. El Ejército iraní dispone de material considerable desde la época del sha, a quien Estados Unidos vendió equipo militar valorado en 10.500 millones de dólares (más de un billón de pesetas) antes de la ruptura de 1979. Irán dispone todavía de treinta cazabombarderos F-4 y una docena de F-14.En Washington se estima, no obstante, que la motivación de las tropas debe ser determinante en esta guerra, que prácticamente se limita a un enfrentamiento entre las infanterías de ambos países.

Las tropas iraquíes disponen de una moral muy baja después de sus incursiones en Irán; sin embargo, se espera que consigan superarse cuando se trata de defender su territorio. Por su parte, las unidades iraníes se arriesgan a sufrir, si definitivamente se deciden a profundizar en territorio iraquí, serios problemas logísticos, como les ocurrió a las tropas iraquíes en el primer mes de la guerra.

La evolución de la situación militar es seguida al minuto en Estados Unidos, donde se temen las consecuencias que pueda tener este conflicto sobre los países vecinos, y particularmente sobre los países productores de petróleo, con los que mantienen buenos relaciones. "Los saudíes están muy, muy nerviosos. Sopla un verdadero viento de pánico en la región del Golfo", aseguraba ayer el Wall Street Journal, citando a un alto responsable de la industria petrolera norteamericana.

Este temor ha animado a varios países árabes a reforzar su ayuda a Irak. Egipto acaba de enviar cuatrocientos millones de dólares (40.000 millones de pesetas) en armas. Clement Zablocki, presidente del comité de relaciones exteriores de la Cámara de Representantes norteamericana, sugirió que Estados Unidos suministre armas a varios países amigos del Golfo para que éstos, a su vez, lo entreguen a Irak.

Oficialmente, la Casa Blanca se ha declarado neutral ante la guerra, pero ha condenado los ataques iraníes diciendo que se opone en principio a la ocupación de territorio por la fuerza. El Gobierno norteamericano mantiene consultas urgentes con diversos países de Oriente Próximo -y también occidentales- para estudiar la forma de reforzar su seguridad y determinar el alcance de las consecuencias de una eventual victoria iraní, con el riesgo de creación de un eje Teherán-Bagdad-Damasco.