Ana de Inglaterra

no parece distinguirse por su buen gusto en el vestir, pero en su visita a Canadá parece que le han hecho una jugada. Para bajar a una mina de Whitehorse los responsables de la seguridad le entregaron un atuendo que le sobraba por todas partes y así lucía la princesa. Coincidiendo con su viaje a América del Norte, las publicaciones británicas han comentado el estado de las relaciones entre Ana y su marido Mark Phillips, que parece van de mal en peor. La única hija de la reina ha viajado sola a Canadá y ni siquiera fue acompañada por Phillips hasta el aeropuerto. En casi dos meses sólo han aparecido juntos en una ocasión y los rumores sobre desavenencias entre la pareja están ya en la boca de muchos ingleses. Sin embargo, tanto en el palacio de Buckingham como la familia del capitán Mark han desmentido que sus relaciones se hayan deteriorado. Preguntado el marido si le hubiese gustado viajar con la princesa contestó que "por supuesto" pero que durante el verano tiene mucho trabajo