El alcalde en autobús

Los usuarios de la EMT nos sentimos la mayoría de las veces verdaderamente molestos de sufrir su mal funcionamiento. Concretamente me voy a referir al trato que el viajero tiene que soportar desde el momento que intenta subir al autobús. Debido a la brusquedad con que se conducen los vehículos, el viajero está expuesto a un constante ajetreo, con riesgo de caídas, y estar en tensión durante todo el trayecto.Produce indignación presenciar escenas de personas mayores, impedidos físicos, madres con niños y viajeros en general, que a duras penas consiguen mantener el equilibrio.

Hubo una huelga en la EMT hace unos años, durante el anterior régimen, que los trabajadores reivindicaban, entre otras cosas, "que ellos no querían seguir siendo el blanco de las críticas del público, ya que se sentían explotados en cuanto al tiempo que tenían para los recorridos". Esta reivindicación, llena de conciencia social y no habitual hoy en día en las reelaciones de trabajo, da la impresión de que con el nuevo Ayuntamiento democrático no se ha solucionado, al menos los viajeros no lo apreciamos.

Para comprobar estas criticas, les pediría a los responsables del Ayuntamiento y de la EMT, empezando por el señor alcalde, que viajen en sus autobuses, como lo hacemos miles de personas, y verán que lo expuesto no es ninguna exageración. De paso darían ejemplo en el uso de los transportes públicos./