Neofascistas se atribuyen el asesinato de un "carabiniere" en Roma

Roma ha sido en menos de veinticuatro horas escenario de dos graves hechos terroristas de marca fascista. Después del enfrentamiento del sábado de las fuerzas del orden con un grupo de componentes de la extrema derecha, en el que resultó muerto Alessandrio Alibrandi, conocido como el fascista de la pistola, el domingo volvió a ser derramada nueva sangre: fue asesinado el carabiniere Romano Radici, de 38 años y padre de dos hijos.El atentado fue reivindicado por el Núcleo Armado Revolucionario (NAR), el grupo fascista al que pertenecía el terrorista que el sábado cayó muerto en Roma por la policía. No se excluye que hayan podido asesinar al carabiniere los compañeros de Alibrandi que lograron escapar al fuego de la policía después de haber herido gravemente a dos agentes.

Este fin de semana negro en la capital, con su nuevo balance de sangre, ha vuelto a plantear el problema de la extrema facilidad con la que ciertos grupos violentos de inspiración fascista siguen actuando en Roma, a pesar de que sobre su organización se conocen muchos detalles desde hace tiempo.

Los mismos jueces denunciaron ayer que algunos de estos terroristas negros han gozado durante el reciente pasado de "demasiadas y altísimas protecciones", pudiendo de esta forma" salir al extranjero y entrar en el país de nuevo sin ser molestados".