Pinto Balsemâo denuncia una campaña desestabilizadora

La psicosis del golpismo y de la subversión parece haberse apoderado de nuevo de un sector de la clase política portuguesa. El grito de alerta ha sido dado por el primer ministro, Francisco Pinto Balsemâo, hablando en calidad de presidente del Partido Socialdemócrata, contra la "campaña desestabilizadora en curso por parte de las fuerzas civiles y militares que se oponen a la revisión de la Constitución".Entre los principales autores de este eventual plan subversivo, el jefe del Gobierno incluye a los militares del Consejo de la Revolución y al propio presidente, Antonio Ramalho Eanes, y, a otro nivel, a los sindicatos controlados por el Partido Comunista.

Con creciente insistencia y precisión, la Prensa, no ya únicamente de ultraderecha, sino también la conservadora, denuncia la preparación de un nuevo golpe que colocaría a los militares, según los unos; a los comunistas, según los otros, o a ambos revueltos, a la cabeza de un régimen dictatorial

Según el semanario O Tempo, en su edición de ayer, el último compló abortado debía arrancar el 11 de noviembre con el asesinato, por un provocador a sueldo del KGB, del ex presidente Costa Gomes. El atentado, atribuido a la derecha, sería utilizado para una movilización de la izquierda y para exigir del presidente Eanes la proclamación del Estado de sitio, la disolución del Parlamento y la formación de un Gobierno provisional militar.

El intento, siempre según O Tempo, no se llevó a cabo por pura casualidad. Agentes de los servicios secretos israelíes (Mossad) habrían descubierto en España que dos falsos diplomáticos soviéticos contrataron para ejecutar el crimen a "un ex capitán del Ejército y miembro activo de la extrema derecha española", que debía llegar a Lisboa con un falso pasaporte a nombre de Alonso Ramírez para asesinar al general Costa Gomes.