El tren aéreo Barajas-Chamartín no entrará en servicio antes del Mundial

El tren aéreo que, según una propuesta hecha antes del verano, uniría el aeropuerto de Barajas con la estación ferroviaria de Chamartín parece que no podrá entrar en servicio antes del Campeonato Mundial de Fútbol, al no haber ya tiempo suficiente para ello. Según los promotores, que el pasado mes de junio se habían comprometido a tener listo este nuevo transporte en el plazo de un año, la causa de esta imposibilidad ha sido la falta de decisión política para autorizar el proyecto, a pesar de que los técnicos del Ministerio dé Transportes y Comunicaciones emitieron un informe favorable.

A finales del pasado mes de junio la empresa Eurotrén Monoviga presentó en el Ministerio de Transportes una solicitud para construir un tren aéreo que recorrería la distancia entre Barajas y Chamartín en cinco minutos. En cada uno de los viajes, según el proyecto ofrecido, se podría trasladar a quinientas personas sentadas, a un precio por persona que rondaría las cincuenta pesetas.

Circuito de pruebas

El pasado día 8 de septiembre el Ministerio de Transportes informaba a Julio Pinto Silva, ingeniero que ha proyectado el tren, que el informe técnico era favorable. Sin embargo, aun en el caso de que se acordara ahora permitir la construcción, no se podría terminar ésta antes de la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol del próximo año.Con objeto de que la Administración adopte una decisión sobre el tema, la empresa promotora del tren decidió hace unos días construir un prototipo y un trayecto de pruebas que permita experimentar las posibilidades de este nuevo transporte. Así, en unos terrenos de la compañía situados en el kilómetro 15 de la carretera de Valencia, a partir del 1 de octubre se comenzará a trabajar en un circuito cerrado de un kilómetro de longitud que será recorrido por tres vagones. El presupuesto para este proyecto será aproximadamente de 150 millones de pesetas.

El prototipo, según su creador, será construido en seis meses y estará un período similar en experimentación. La velocidad que se podrá alcanzar será de 260 kilómetros a la hora, con lo que se conseguirá superar la velocidad del tren de gran velocidad francés. En el proceso de fabricación del tren participarán unas veinte empresas, entre ellas Ensidesa, Macosa, Volvo y Firestone.

"La realización de este circuito no impediría empezar con los trabajos de Barajas, si así se nos autorizara. Pero sería bastante improbable que pudiéramos ponerlo en servicio para el mes de junio del próximo año, aun trabajando en él las veinticuatro horas del día", manifestó Pinto Silva.

Según el proyecto presentado en el Ministerio de Transportes, el tren que se construiría iría sobre un trazado situado a cinco metros de altura. Los pilares sobre los que descansaría sólo ocuparían entre cincuenta y cien metros cuadrados por kilómetro de vía. El coste calculado para una línea como la de Chamartín-Barajas es de 1.700 millones de pesetas en infraestructura y de otros novecientos millones en material móvil.

Con respecto a la velocidad que alcanzaría el ferrocarril, que estaría formado por una estructura continua de cabeza a cola, aunque hecha con módulos de cuatro metros de largo, 2,5 metros de ancho y 2,2 metros de alto, sería de 120 kilómetros a la hora.

La empresa Eurotrén Monoviga tiene asimismo solicitada de la Administración la construcción de un tren entre Seo de Urgel y la frontera andorrana.