Sancho Rof no acepta un debate público con el PSOE sobre temas sanitarios

«No tengo ningún inconveniente en realizar nuevamente otro debate en el Parlamento cuando lo solicita el partido socialista, como ya hice hace dos meses», ha dicho el ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, Jesús Sancho Rof, a Efe en contestación a la invitación formulada por el diputado socialista Ciriaco de Vicente para que se someta a un debate público sobre diversas cuestiones de la sanidad española y el tema concreto de la intoxicación por aceite.Sancho Rof ha recordado que el 23 de abril, y durante más de tres horas, se realizó un debate similar, a petición de¡ PSOE, que está recogido en 36 páginas del boletín número 29 de las sesiones informativas de la Comisión de Sanidad y Seguridad Social. El Ministerio facilitó ayer un resumen de cuatro folios de dicho texto.

Un portavoz del PSOE manifestó ayer, al conocer la respuesta de Sancho Rof, que «no es lo mismo un debate público que un debate parlamentario, que el debate parlamentario no es ninguna concesión graciosa de Sancho Rof, pero que sí supone posponer el debate a septiembre, fecha en que el ministro debe esperar obtener mejores notas que en junio». Añade la Comunicación oficial del PSOE que el debate del 23 de abril al que se refiere el ministro no fue tal debate, sino una sesión informativa, y que al «sorprenderse de que ahora se le exija un debate público, olvida o desprecia el hecho de que, con posterioridad a aquella fecha, se han producido sesenta muertes por intoxicación alimentaria».

El alcalde socialista de Palma de Mallorca, por otra parte, ha difundido una nota en la que manifiesta su disconformidad con las declaraciones de Sancho Rof respecto al aceite adulterado, en las que cargaba responsabilidad sobre los ayuntamientos, califica de irresponsable dicha declaración y considera como «lo más oportuno» la dimisión del ministro.

Otra protesta similar ha sido emitida por el alcalde de Torrejón de Ardoz (Madrid). Las protestas de los ayuntamientos señalan el «interés de la Administración central de no acordarse de la Administración municipal más que en determinadas ocasiones, a sabiendas de los escasos medios de que dispone y para eximirse de sus culpas».