La congelación de embriones aproxima al hombre a la inmortalidad

La conservación de germoplasma animal a muy bajas temperaturas y por períodos prácticamente ilimitados permite afirmar que nos estamos aproximando a ese permanente objetivo del ser humano, que es la inmortalidad.Tomás Pérez, jefe del departamento de producción animal del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), ha asegurado en unas declaraciones a Efe que es posible conservar espermatozoides y óvulos ejemplares, genéticamente muy dotados, a temperaturas de 196 grados bajo cero por nitrógeno líquido, de prácticamente todas la especies animales. «Tenemos» afirma, «lo que ya casi podríamos denominar un auténtico arca de Noé».

La FAO y otros organismos internacionales consideran que los centros donde se conservan los tanques de germoplasma constituyen hoy casi los últimos reductos de la conservación de la vida.

«Estamos iniciando ahora» añade Tomás Pérez, «un nuevo paso más complejo: la conservación de embriones. El primero fue la conservación de espermatozoides, una célula bastante sencilla, y luego óvulos, una célula ya más complicada. El paso siguiente, la conservación de embriones, supone la conservación de toda una familia de células sin que ninguna de ellas se dañe».

Afirma Tomás Pérez que los niños probeta animales ya se habían adelantado en cien años a los humanos. El primer germoplasma conservado fue de un conejo, en 1890, y cuando estemos en condiciones de conservar embriones bien podremos decir que estaremos dentro del mundo feliz de Huxley. Por otra parte, esta técnica podría ser el único camino para poder conservar las estirpes de todas las especies hoy amenazadas de extinción.