Autonomía universitaria

De nuevo se ha puesto sobre el tapete el tema de la ley de Autonomía Universitaria (LAU) y, con tal motivo, quisiera hacer algunas reflexiones sobre lo que entiendo que es el fondo de la cuestión, prescindiendo de detalles formales.Si no entiendo mal, se pretende teóricamente que una entidad pública como es la universidad alcance las cotas de gestión y eficacia de una entidad privada. O sea, que se administren a un nivel asimilable al privado (autonomía) unos fondos que son públicosy que se contrate al profesorado con arreglo a los intereses de este organismo, lo que presupone una atención superior a la calidad con vistas a una mayor eficacia. Todo perfectamente laudable, creo.

Pero me pregunto: ¿se espera realmente que alguien,administre esos fondos públicos, no muy abundantes, poco menos que por amor al arte, en una empresa tan complicada y con tantas exigencias? ¿Quién resistirá a la tentación de trasladar los problemas hacia arriba, hacia el ministerio, cuando se sabe en el fondo que por mal que funcione una universidad estatal difícilmente se va a cerrar la misma?

Por otro lado, ¿se espera el milagro, hasta ahora creo que irrealizado, de que los integrantes de una universidad pública se preocupen, ante todo, de la calidad del profesorado, pasando por encima de circunstancias personales, como se haría en una entidad privada?/

Cádiz.