Un bulto en la historia

No conozco Soria, ni sus ermitas, ni sus alamedas. En cambio, leo los periódicos (lo cual ya es un mérito), y tarribién conozco, por ejemplo, París y Segovia.He contemplado, a veces, cara al cielo, la maravilla del acueducto de Segovia. Fabulosa obra. «Obra de romanos».

Pero es ahora cuando imagino a sesudos intelectuales señores, togados a la usanza de la época, quienes quizá pudieran exclamar entonces: «No construyan esa facha, por favor, porque semejante trasto de puente, que sólo sirve para trasvasar el agua de un monte a otro, estropea el lindo paisaje del poblado que hay en el monte de Segovia».

Algo así me ocurrió en París. Ese mamotreto de torre Eiffel, monstruoso «mecano» de vigas y tornillos, implantado a la vera de las nobles, históricas y bellísimas construcciones de piedra con techo de pizarra, era quizá un espantajo para los defensores de la maravillosa perspectiva de la Ciudad de la Luz. Pues bien, parece que ahora, hoy, esa torre/birria se ha convertido en el símbolo de la hermosa ciudad, cuya contemplación extensa y sosegada sólo es posible desde las alturas del «mecano» estridentemente feo. Más aún: me parece que también hubo por allí una gigantesca «rueda metálica Eiffel» de similar factura que fue a parar al famoso Prater de Viena. De ser así creo que falló París y ganó Viena.

Creo que el puente que en Soria se construya durará mucho menos que el acueducto de Segovia. Pero quién sabe, porque el cemento armado es bastante fuerte y también pudiera ocurrir (digo yo) que en el año 2500 nuestros sucesores sorianos pudieran admirar una grácil y elegante obra de ingeniería «estilo siglo XX» cuando ya no existan alamedas ni ermitas ni nostalgias de este siglo que se nos termina. Porque también es hoy hermoso ver puentes como el Golden Gate, el Brooklyn, el Salazar y tantos más...

Quizá no sea tan malo que hagan el puente de Soria para que «haga gran bulto en la historia ».