La Pantera Rosa

Todos los edificios oficiales de la Administración del Estado, desde el palacio de la Moncloa hasta el Gobierno Civil de Albacete, podrían saltar simultáneamente por los aires por obra y gracia de los 8.000 kilos de Goma 2 robados por ETA.No es difícil calcular complementariamente el número de mujeres y niños que pueden morir con las vísceras desparramadas -todos tenemos clavadas en el alma las horrorosas imágenes del atentado de Bilbao- como consecuencia de la utilización dosificada de tan mortífero botín.

Pero si los terroristas han cometido el «robo del siglo», no ha sido sólo por la aparatosa multiplicación de su poder ofensivo, sino también, y fundamentalmente, por la burlesca facilidad con la que han materializado el «golpe».

Si éste fuera un país serio -y estamos obligados a exigir que lo sea-, los periódicos acompañaríamos hoy la información de lo ocurrido con otras dos noticias relacionadas con el caso. La primera hablaría de la dimisión o cese del ministro del Interior. La segunda, de una sanción ejemplar a la empresa Explosivos de Río Tinto.

El enclenque dispositivo de protección instrumentado en torno a tan enorme cantidad de igoma 2 -su acumulación en un solo polvorín ya resulta archidiscutible- no se entiende sino como homenaje póstumo a Peter Sellers. Sólo al estúpido inspector Clouseau le hubiera ocurrido algo parecido.

Y sólo el estúpido inspector Clouseau hubiera reaccionado como lo hicieron ayer nuestras autoridades: instalando controles policiales en Madrid. Una de dos: o tenían la esperanza de encontrar los 8.000 kilos de explosivos en el maletero de un utilitario o pretendían engañarnos a todos dando la sensación de tener el asunto dominado.

Desigual combate: nos ataca ETA y se encuentra enfrente a La Pantera Rosa.

26 de julio