La cajita de Castro
Parafraseando a un ilustre político español del pasado siglo, y con relación a Estados Unidos, podríamos repetir aquello de «¿cuándo dejarán los norteamericanos de poner tanta distancia entre ellos y la funesta manía de pensar?».Estados Unidos, más que una nación (por cierto, sin nombre, como tienen las demás), constituye una gran empresa y el presidente -un hombre de relevo cada cuatro años- no es sino el gerente general de la Administración, término demasiado utilizado en la España de hoy.
Los últimos acontecimientos ocurridos en Cuba fueron, no tengo la menor duda, elaborados en los simplistas laboratorios políticos de la Casa Blanca, sin descartar -sería una memez- los deseos de miles de cubanos de dejar el país por no estar de acuerdo con el régimen revolucionario.
La política hacia Latinoamérica, término injusto y disparatado al referirse a Hispanoamérica o Iberoamérica, fue iniciada en la época de la doctrina Moroe: «América para los americanos». Cerca de cuarenta veces han desembarcado los marines norteamericanos en países de Hispanoamérica., imponiendo por la fuerza los regímenes que más les interesaban, propiciando golpes militares. La política de Carter, guiada por los consejos de su asesor polaco en materia de seguridad, cae continuamente en la trampa que le tiende ese formidable y sagaz político que es el presidente Castro, el hombre más famoso que ha dado el mundo hispánico y, le guste o no a sus enemigos, uno de los cuatro grandes dirigentes de masas de este siglo.
El bloqueo económico contra Cuba continúa, y es que Cuba mortifica, preocupa, inquieta, se la envidia y engendra serias dificultades a la Administración. Un país con diez millones de habitantes trae de cabeza a todo un continente, y esto tiene un nombre: Fidel G- astro.
Estados Unidos no tiene más remedio que negociar con Cuba. Pero Castro no aceptará condiciones de Washington ni imposiciones de terceros, utilizadas siempre por Estados Unidos en sus presiones político-diplomáticas. Cuba reaccionará inesperadamente -quién sabe lo que se le ocurrirá a Castro-, pero lo de Mariel no ha terminado. El doctor Castro tiene, estoy seguro, otro as en la manga, que jugara cuando lo crea prudente.
Este hombre guarda siempre un gato en cajita con llave puesta. / Ex embajador cubano y presidente de la. comunidad cubana en España.
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