Carter se acoge al privilegio del ejecutivo y niega información al Congreso

Amparándose en el "privilegio del ejecutivo", la Administración Carter negó al Congreso de Estados Unidos el acceso al memorándum en que basó el último voto de EEUU en la ONU, que condenó la implantación de colonias judías en los territorios árabes ocupados por Israel desde 1967. Voto que, ante las reacciones de Tel Aviv, fue posteriormente desmentido por la Casa Blanca, atribuyéndolo a un «error de transmisión». Cyrus Vance, secretario de Estado norteamericano, retrasó también hasta el próximo día 20 de este mes las explicaciones que facilitará a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso en torno al controvertido voto.Un miembro del Comité Judicial del Congreso, la republicana Elizabeth Holtzman, recordó la época en que el ex presidente Richard Nixon se amparó en las prerrogativas que concede el «privilegio de ejecutivo» durante las investigaciones en torno al escándalo del hotel Watergate, que concluyeron con la dimisión de Nixon. Generalmente, la doctrina del privilegio «se utiliza para ocultar acciones embarazosas», dijo Holtzman.

Zbigniew Brzezinski, asistente del presidente Jimmy Carter en el Consejo Nacional de Seguridad, recordó que Washington apoya la postura de Israel, definida en los acuerdos de paz de Camp David, pero se opone a la extensión de la ocupación israelí en Gaza.

La polémica entre Washington y Tel Aviv, con implicaciones directas entre el electorado judío norteamericano, coloca en una posición delicada al presidente Carter, sobre todo si el Congreso decide revocar los principios del «privilegio del ejecutivo» y se esclarece definitivamente si hubo o no error en la comunicación enviada desde la Casa Blanca, en Washington, al embajador de EEUU ante la ONU, en Nueva York.