Banisadr o la síntesis entre el Corán y Occidente

Abolhassan Banisadr, de 46 años, aspecto de ejecutivo de empresa petrolera árabe, ha pasado ya a la historia de Irán, al convertirse de hecho en el primer presidente de una República que sustituye a una monarquía milenaria y legendaria.En el maremagnum político-religioso que vive Irán desde el regreso del imán Jomeini, Banisadr representa una alta especialización técnica y económica. Estudiante de la Sorbona de París, fervoroso seguidor de la doctrina islámica, es autor de una síntesis entre el pragmatismo de los números y la filosofía religiosa en el libro Economías de la Divina Unidad.

Como en el caso del ministro de Asuntos Exteriores, candidato derrotado, Sadeh Gotbzadeli, Banisadr aparece hoy, dicho con todas las reservas, como un hombre con cierto espíritu occidentalista, quizá debido a su formación en universidades de Occidente. Su posición contraria a los «estudiantes islámicos» en el asalto a la embajada norteamericana de Teherán le hizo dimitir como ministro de Asuntos Exteriores.

Su supuesta ruptura con el clero más intransigente, quedó disipada ayer al conocerse su victoria por abrumadora mayoría en la ciudad santa de Qom (83% de votos).

La actividad política más reciente de Banisadr data de su ingreso en el Gobierno Bazargan, como encargado de las cuestiones económicas. Llevó a cabo la nacionalización de la banca y las compañías de seguros, lo que le ha valido en círculos occidentales el calificativo de promarxista.

Al prestigio popular de que goza Banisadr se ha unido una bien estudiada campaña electoral por todo el país, y las declaraciones de importantes ayatollahs, próximos a Jomeini, prestándole su apoyo.