Gustavo Bueno solicita una cátedra para Manuel Sacristán

Gustavo Bueno, catedrático de Filosofía de la Universidad de Oviedo, encabeza el pliego de firmas de Asturias para solicitar el nombramiento, por decreto, de Manuel Sacristán como catedrático de Lógica de la Universidad de Barcelona, a cuya facultad de Económicas corresponde esta iniciativa. Bueno es consecuente con su tesis favorable a desarrollar la filosofía en el ámbito de la academia al avalar la entrada en ella, como catedrático, de su máximo oponente en este terreno. En efecto, en el año 1970 se produjo entre ambos una viva polémica que vino a romper el silencio de la vida pública filosófica durante la dictadura. Manuel Sacristán publicó, en 1970, un ensayo titulado Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores, en el segundo número de la colección Debates Universitarios (editorial Nova Terra). Para Sacristán, la filosofía no es un saber sustantivo: es un saber adjetivo y debe suprimirse como especialidad universitaria. Gustavo Bueno le replicó con el libro El papel de la filosofía en el conjunto del saber (editorial Ciencia Nueva, 1970), calificando de «reaccionaria» la propuesta de Sacristán de suprimir la especialidad de fiIosofía y constituir, en su lugar, un instituto suprafacultativo para alojar a los científicos aficionados a filosofar, en tanto que equivaldría a renunciar a la metódica especialización en el análisis de las ideas, entregándose a la espontaneidad de las especialidades científicas y sociales, aboliendo toda reflexión metódica. En definitiva, el ensayo de Sacristán ataca a la filosofía profesional y Bueno defiende la filosofía académica. Gustavo Bueno pretende ahora llevar la polémica hasta las últimas consecuencias, introduciendo a Manuel Sacristán en la academia (universidad).