Gibraltar

The Economist

«Los objetivos de la política exteriorbritánica en 1980 están mucho más claros y determinados que al comienzo de cualquier década de este siglo. Gran Bretaña continuará concentrando sus intereses en Europa y en los organismos europeos y atlánticoscomo la OTAN y el Mercado Común, y al mismo tiempo cumplirá sus obligaciones con los restos de su imperio.Zimbabwe-Rodesia es la última pieza del imperio que queda por solucionar, otras piezas menores continúan sin resolverse. Algunas de ellas, como Belice y Gibraltar, son temas de discusión (...)

Gibraltar fue uno de los pilares del imperio británico, la colonia está todavía dirigida por un gobernador militar británico, aunque los asuntos interiores los despacha un primer ministro. La posición estratégica de Gibraltar le convierte en una base aérea y naval ideal y, por consiguiente, Gran Bretaña mantiene fuerzas militares allí. Sin embargo, sería mucho menos importante para Gran Bretaña si fuerzas considerables británicas estuviesen estacionadas en el Mediterráneo. Si los habitantes votasen por la independencia o la unión con España, Gran Bretaña accedería con seguridad a esos deseos.»

29 de noviembre