No es una huelga

«La denominada huelga de transportistas por carretera, iniciada ayer, no es, en sentido riguroso, una huelga, sino un cierre patronal. Todo hay que precisarlo. Por esa razón los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, han dicho a sus trabajadores que acudan normalmente a sus lugares de trabajo.En principio, las reivindicaciones más importantes se centran en el terreno empresarial. Solicitan que se incremente el precio de la carga en un 9,1 %, que se rebaje el precio del gasóleo y que se anulen las tarjetas de transporte propio, entre otras medidas. Si consiguen estos objetivos, sus beneficios se verían incrementados aproximadamente en un 40%. Estos son objetivos perseguidos por el cierre patronal.

No obstante, existen otras reivindicaciones a las que es de justicia encontrar una solución. Resulta necesario legalizar las tarjetas de transporte a nombre del propietario del camión, para evitar el lucrativo tráfico que ejercen con ellas las grandes empresas. Es preciso también acabar con el monopolio real que ejercen las agencias de contratación, que obligan a los trabajadores autónomos a abonar grandes comisiones a los intermediarios.

Lo importante es desmontar el tinglado que tienen instalado a escala nacional los herederos directos del verticalismo, de triste memoria, y que continúa campando por sus respetos en la mayoría de las grandes empresas dedicadas al transporte. No pocos episodios siniestros de la historia reciente de nuestro país están ligados al sector del transporte del antiguo sindicato vertical. ( ...)»

, 23 de agosto.