En Francia se considera al Gobierno español incapaz en la lucha con ETA
«Estimo que hablarán de ETA y del País Vasco-Francés, pero no será el único problema que abordaran los ministros de Exteriores francés y español, y no será tampoco el más importante», declaró anoche a EL PAIS un portavoz del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, tras confirmarle la entrevista que mantendrán los dos ministros, Marcelino Oreja y Jean François Poncet, mañana viernes, en esta capital.
La tarea del señor Oreja, en París, no será fácil si, como pretenden algunas informaciones o comentarlos, su objetivo primero consiste en convencer al señor Poncet de que las autoridades de París debieran hacer algo, «palpable», contra los miembros de ETA-en el País Vasco-Francés, como, por ejemplo, retirarles el estatuto de refugiados políticos. Desde los medios oficiales hasta el ciudadano con quien se aborda el problema, pasando por la prensa y por los partidos políticos, « todos en Francia deseamos lo mejor para España. Esto nadie tiene derecho a ponerlo en duda. Ahora bien, de ahí a que los españoles vuelvan la vista hacia el sur de nuestro país para encontrar en él la fuente de sus desgracias, es tanto como elevar la extravagancia a la altura de razonamiento político». Este comentario nos lo hacía ayer un especialistas en asuntos españoles de la prensa escrita parisiense. Y, este comentario, si no emitido oficialmente, es el mismo en todos los sectores y a todos los niveles de la sociedad francesa.Los asesinatos en cadena, obra de ETA o de los GRAPO, empiezan a asustar aquí. Pero las autoridades, como ocurre siempre en estos casos, no manifiestan oficialmente sus sentimientos. «De ninguna manera nos permitiríamos emitir un comentario sobre la situación interior de otro país», reiteraba una fuente autorizada ayer.
El Ministerio del Interior, concretamente, con formas más o menos apreciables, se escabulle cuando se le habla de ETA y del País Vasco. Una fuente próxima a estos medios únicamente pronunció la palabra «ridículo» cuando se le insinuó que las autoridades francesas pudiesen admitir la más mínima complicidad, aunque fuese pasiva, con los miembros de ETA residentes en Francia.
La prensa es más explícita a veces. Ayer, al comentar el último atentado, en Madrid, reivindicado por los GRAPOS, el diario independiente Le Monde titulaba su información en los términos siguientes: «El Gobierno no parece estar en condiciones de afrontar la violencia terrorista» y reiteraba más adelante que «el Gobierno (de Madrid) no da la impresión de haberse puesto en pie de guerra» (contra el terrorisrno).
Este diario ayer ironizaba levemente al evocar la ya citada «complicidad pasiva» de las autoridades francesas con los etarras-residentes en Francia. Esta cuestión, a los franceses «podía hacemos reír, de no ser dramática», nos decía alguien que resume lo que se piensa aquí y que se manifestó así: «Seamos serios. Este argumento es el mismo que empleaba el franquismo y, aún, entonces era más explicable, ya que, en efecto, las autoridades o la policía francesas podían manifestar en cierta medida su hostilidad contra la dictadura. Pero, hoy, los problemas están en España, en Madrid, en donde resulta inexplicable que la policía no sea capaz de poner la mano encima de algún terrorista o de hacer algo que la libere, al menos ante la opinión. De la imagen que nosotros le apreciamos desde aquí, es decir, de que practica una cierta complicidad con la violencia, contra el Gobierno, naturalmente. Hay algo que le falla técnicamente a las autoridades españolas.»
De creer las fuentes citadas al principio, además «de este problema de actualidad (ETA), los dos ministros intercambiarán puntos de vista sobre otras cuestiones, como la ampliación del Mercado Común».
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