Piden una investigación judicial en torno al incendio del CSIC en Medinaceli

El incendio que el pasado jueves provocó la pérdida total o parcial de varias bibliotecas y documentación importante que se conservaba en el edificio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en la calle del Duque de Medinaceli, pudo estar relacionado con las obras de reparación de cubiertas que se estaban realizando.

Así lo interpretan el centenar largo de personas pertenecientes a todas las categorías del personal que trabaja en dicho centro en un escrito dirigido al ministro de Educación y Ciencia, a quien piden que se abra una investigación judicial que depure las responsabilidades.Estas obras de reparación que, según los firmantes de la carta, se estaban realizando «tarde y sin garantías», se habían hecho necesarias por el abandono incalificable en que durante años y años ha permanecido el edificio, sin que en ningún momento se nos diera la posibilidad de sustituirlo por otro moderno y adecuado».

Añaden los investigadores de los diversos institutos siniestrados, los cuales han perdido total o parcialmente sus bibliotecas, que esperan recibir rápidamente un crédito extraordinario de cuantía suficiente para que, en lo posible, puedan comenzar a reconstruir sus fondos y que se busque urgentemente local provisional para todos los institutos que hayan de interrumpir de momento sus labores en el viejo edificio.

«Los institutos alojados en Medinaceli -continúa el escrito- forman un todo coherente, cuyas partes son complementarias y cuya unidad no puede romperse más que, si en algún caso es indispensable, en forma muy provisional. Tienen un interés nacional, pues sus bibliotecas son con frecuencia las mejores de la nación en sus respectivas especialidades, y sus revistas y publicaciones están abiertas a todos. Por ello, deben ser fácilmente accesibles para los numerosos visitantes de fuera de Madrid. »

Tras defender la idea de que los diversos, institutos que funcionan en el edificio de Medinaceli deben mantener su autonomía con respecto a otras instituciones culturales de las que difieren por sus fines y características, los firmantes rechazan la posibilidad de que, en la confusión del siniestro, determinados institutos pudieran quedar adscritos a cualquier universidad, «lo cual sería útil para éstas, pero nefasto para el conjunto de los estudiosos y para las Humanidades del Consejo en general».

Los profesores e investigadores firmantes del escrito finalizan pidiendo al ministro que se doten de una vez las investigaciones que lo merezcan, las bibliotecas y las publicaciones interrumpidas desde hace cinco años, para vergüenza de todos.