Los comités antinucleares acusan a consejeros vascos de ser favorables a Iberduero

Los consejeros vascos que estudian el tema de la central nuclear de Lemóniz en nombre del organismo preautonómico han sido acusados por los comités antinucleares de mantener «una posición previa favorable a las pretensiones de Iberduero, SA, poniendo en entredicho la supuesta imparcialidad que sería exigible en el análisis de la controversia».La Comisión de Defensa de una Costa Vasca No Nuclear entiende que los citados consejeros, entre los que excluye tan sólo al senador Bandrés, han ignorado la petición de que se paralicen las obras como condición primera para una investigación seria. «Al no admitir esta premisa, se hacen cómplices del flagrante hecho consumado, tolerado impunemente por la Administración.»

Esta paralización de las obras debe producirse, a juicio de la comisión antinuclear, al margen de los procedimientos administrativos y judiciales emprendidos, ya que en otro caso la central estaría ya en funcionamiento cuando se dictasen las sentencias correspondientes.

Los comités antinucleares opinan que el Consejo General no ha comprendido aún la gravedad del problema ni tiene, al parecer, intenciones de hacerlo. Sin que se haya debatido el dossier que se le presentó en su día y sin que haya dado ninguna explicación por la desconvocatoria de una nueva reunión conjunta que estaba prevista para el pasado viernes, el Consejo General ha optado por someter el tema a un arbitraje internacional.

Este informe técnico cubre a juicio de los antinucleares sólo un aspecto muy parcial del problema planteado por la central.

Los comités antinucleares rechazan que el Consejo General vasco les considere como «parte implicada» al mismo nivel que la empresa Iberduero, SA, ya que ésta defiende intereses particulares.