Sin acuerdo entre pobres y ricos sobre un codigo para transferencia de tecnología

Pasada la media noche del viernes, sin «aproximaciones de criterios» entre los delegados de los países industrializados y de los países en desarrollo, finalizó una nueva reunión dentro del marco de la UNCTAD, destinada a establecer un «código internacional de transferencia tecnológica» que a petición de los países pobres ponga fin «al monopolio de la tecnología», reguiando el comercio de este denominado «producto invisible», que, como se ha dicho, no tiene límites ni en cuanto a los costos ni en cuanto al sometimiento de una gran mayoría de países a unos pocos, que son los «propietarios» de la tecnología en el mundo e imponen a su manera las reglas del juego en esta materia.La sesión de la noche del viernes, más que una reunion de expertos, tuvo características de una asamblea política a nivel internacional. El «grupo de los 77» (países en desarrollo) lanzó fuertes denuncias contra las posiciones de los países industrializados que se niegan a reconocer en el futuro posible código, un instrumento jurídico obligatorio, propugnando la teoría de que el principio o los postulados de la convención son «positivos y necesarios» dentro de lo que se entiende por el «nuevo orden económico internacional», pero que, sin embargo, hay que dejar que cada país lo aplique en conciencia.

Por primera vez, el delegado de China comunista, que participa en estas reuniones, aunque no activamente, pidió la palabra y se sumó a las denuncias de los «77». Los países del Este que hasta ahora también habían guardado silencio asumieron el papel de árbitros o de puentes en el conflicto, reconocido así, tanto por los países industriabzados como por los en desarrollo.

La próxima reunión sobre esta materia fue fijada para el mes de junio, y no se descarta la posibilidad de que ante la intransigencia de los países poseedores de tecnología el «grupo de los 77» asuma una posición extrema que consistiría en aprobar entre ellos un «código internacional de transferencia tecnológica» con el cual enfrentar jurídicamente en el campo internacional a los países exportadores de tecnología.