Total desorientación

Las repeticiones de los cambios y la inhibición operatoria han sido las dos principales notas de una tanda que, a pesar de tener sólo tres días hábiles, ha rebajado nuevamente la cota mínima del índice general.La total desorientación extrabursátil y, más concretamente, del mundo empresarial-mercantil, está pesando enormemente sobre el mercado, y la opinión mayoritaria de éste lo recoge, sin atreverse a tomar iniciativa alguna. Nos encontramos en un impasse casi absoluto que revela el fondo de la baja, lo que no implica, desde luego, una recuperación cercana ni nada parecido, pero sí que no se puede ir más abajo, si no hay una mala voluntad manifiesta por parte de la oligarquía financiera.

La concreción de las elecciones sindicales, aunque no haya contentado a nadie (tampoco se ha impugnado), es una incertidumbre más que se despeja, lo que unido a algún otro factor positivo, verbigracia a la evolución favorable de la balanza de pagos en noviembre, debiera posibilitar un acrecentamiento de la resistencia e, incluso, de cara al cierre del ejercicio, ciertas minirrecuperaciones, ya individuales, ya sectoriales.

El departamento eléctrico ha sido el único, a pesar de sus ampliaciones en curso, que ha visto mejorar el índice parcial y es lógico, ya que no merecía tanto castigo, como venía recibiendo últimamente, dada su buena trayectoria productiva y su rentabilidad por dividendo.

Monopolios -por Telefónica-, alimentación y bancos han sido los grupos con mayores desmerecimientos, si bien en este último ya se detectaba resistencia al cierre

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