El Ayuntamiento de Zaragoza se opone a ser controlado por los ciudadanos

Una fuerte reacción contra el control de las gestiones municipales acaba de desatarse entre los tenientes de alcalde y concejales del Ayuntamiento de Zaragoza. Algunos miembros de la actual Corporación, contra los que se han venido pronunciando las asociaciones de vecinos, grupos políticos y centrales sindicales, han amenazado con dimitir.

Las fuerzas políticas y sociales de Zaragoza habían solicitado durante el verano pasado la creación de una comisión de control municipal, con el fin de buscar una fórmula que evitara brusquedades en el paso del sistema de una Corporación local orgánica a otra de carácter democrático. En un principio, estas fuerzas políticas y sociales creyeron contar con una buena disposición por parte del Ayuntamiento, que hoy preside el falangista Merino Pinedo. Sin embargo, ahora, con motivo de la celebración de un pleno municipal, tanto el señor Merino como otros concejales zaragozanos han manifestado su más enérgica negativa a que ese control se lleve a cabo.El concejal señor Martínez Candial, encargado de las relaciones de la Corporación con la comisión de control en gestación, ha renunciado a ese cometido asegurando, entre otras cosas, que no reconoce la representatividad de dichos controladores. Afirmaciones muy similares a ésta han partido de los señores Eiroa García, Femández Montero y del propio alcalde, cuya pérdida de popularidad es notoria.

La mayor preocupación de los grupos políticos, sindicales y asociaciones de vecinos, de cara al control municipal, parece descansar ahora sobre los capítulos del presupuesto municipal, todavía por aprobar, y cuyo montaje, según estas fuentes, se encuentra ahora mismo desfasado. Existen, además, otras cuestiones en litigio, como son las dotaciones económicas por parte del Ayuntamiento para la entidad comercial Mercazaragoza.