Italia impone su decisión de gravar las naranjas españolas

Una corta entrevista de cortesía, entre Henry Simonet, ministro belga de Asuntos Exteriores y presidente en funciones de los consejos de la CEE, y los dos embajadores españoles presentes en la capital belga, N uño Aguirre de Cárcer y Raimundo Bassols, sirvió para informar de las intenciones expresadas en la declaración programática del Gobierno español de solicitar próximamente la adhesión a las Comunidades Europeas.Por la tarde, Raimundo Bassols se reunió con una delegación comunitaria con objeto de buscar soluciones al único litigio que impide el intercambio de cartas que debe formalizar la adaptación del acuerdo de 1970: las naranjas.

Cada parte expuso sus conceptos sobre el asunto. Los comunitarios dijeron que hay que someterse al mandato. Los españoles repitieron que tenían instrucciones de Madrid y que no podían ceder en el régimen tarifario.

«Esperamos instrucciones de Madrid», declaró Raimundo Bassols al término de la reunión. El embajador no facilitó cuál era la propuesta intermedia que ofrecía la CEE. Es fácil imaginar que se trata de un compromiso a, nivel de arancel. Hasta ahora los agrios españoles entran en el mercado británico con una preferencia del 75%. Si se elimina el stalu quo, como desea Italia, sólo tendrán una rebaja del 40%. Un porcentaje intermedio podría ser el futuro compromiso, a definir en los próximos días.