Rumores en París sobre una presunta enfermedad de Mitterrand
«Mitterrand está enfermo»: este rumor sobre el primer secretario del Partido Socialista circula, desde hace ya más de un año por sectores políticos e informativos restringidos. Pero después de su «equívoca» actuación frente al primer ministro Raymond Barre, la semana pasada en la televisión, las conjeturas y algunas informaciones sin confirmación, actualizan el tema más allá del dominio privado.Hace ya un año, algunas personas más o menos próximas al líder de la Unión de la Izquierda barajaban con cautela la posibilidad de una enfermedad seria de la que se suponía que Mitterrand era víctima silenciosa. Nunca se especificó el origen del mal. El hecho de que la derecha no explotase este asunto se atribuía a la conducta, siempre correcta, del señor Mitterrand, cuando, en casos semejantes, el protagonista fue una figura de la mayoría gubernamental. En efecto, ni Mitterrand, ni los socialistas, ni los comunistas, se mezclaron jamás en el proceso que vivió el fallecido presidente Georges Pompidou, cuando éste tuvo que hacer frente a las consecuencias fastidiosas de las insinuaciones que lo hicieron partícipe de aquel escándalo político-sexual que se llamó affaire Marckovicht. La misma norma de corrección se repitió cuando el antecesor de Giscard d'Estaing respiró la compleja atmósfera que se creó en tomo a su enfermedad fatal.
Lo cierto es que, de tiempo en tiempo, en París, no es difícil oír, de manera muy confidencial, que «Mitterrand está enfermo». Ahora, sin embargo, desde el día siguiente de su mano a mano con el primer ministro, el rumor se ha extendido y, aunque la prensa considerada más seria, no se ha hecho eco del asunto más que para rechazarlo como una calumnia incalificable, en algunos medios de extrema derecha la cuestión ya se está explotando a fondo.
Enfermedad de Hodgkin
Se aseguraba ayer que el ministro de Industria, señor Monorv, amigo de Barre, declaró en privado que este último estaba al corriente del mediocre estado de salud del líder socialista, quien, secretamente, se estaría tratando en el hospital Cochin, centro en el que el general De Gaulle fue operado de la próstata hace unos diez años.
Un semanario de extrema derecha creía ayer poder revelar que el mal que padece el señor Mitterrand sería la llamada «enfermedad de Hodgkin», consistente en una inflamación de los ganglios linfáticos y de los tejidos linfoides. Estas deficiencias le producirían un aumento del volumen del bazo.
En la delicada situación política francesa, es decir, en vísperas prácticamente de unas elecciones legislativas en las que, por primera vez de treinta años a esta parte, una coalición de izquierdas está en condiciones reales de acceder al poder, no es posible disociar la «enfermedad» del símbolo de dicha coalición, de los intereses de sus rivales. Es el argumento rotundo que esgrimen los socialistas cuando se aborda la cuestión.
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