Los jóvenes italianos buscan su futuro
Se clausura hoy la Conferencia Nacional sobre el empleo de los jóvenes, organizada por la presidencia del Gobierno italiano. Ayer intervino el primer ministro, Giulio Andreotti, con un discurso en que ha recordado a los jóvenes el derecho y el deber de participar activamente en la construcción de su propio futuro.Andreotti ha dicho que es preciso poner en marcha un sistema orgánico de orientación profesional que tiene su meta natural en la Comunidad Económica Europea. Desde noviembre pasado, el Parlamento italiano está estudiando una ley que puede representar un medio adecuado para adoptar soluciones que eviten la intolerable espera de los jóvenes. Naturalmente, el presidente del Gobierno ha relacionado el problema con la grave crisis económica que vive el país. Si no salimos de ella -ha dicho- sería inútil cualquier discurso de programación juvenil o no juvenil.
Según Andreotti, la juventud actual no afronta pespectivas de guerra como las anteriores generaciones, diezmadas por excesivos conflictos. Para disfrutar de la paz, no es suficiente que no haya guerra. Es reciso prohibir las armas y todo tipo de prepotencia.
A pesar de la participación de comisiones de estudio de profesores y sociólogos, la conferencia no ha tenido un gran éxito. En primer lugar, el desacuerdo sobre la cifra de jóvenes sin empleo era total: según el Gobierno, son 400.000; según los sindicatos, el doble. El presidente de la conferencia, el diputado democristiano, Gilberto Bonalumi ha hablado de un millón de jóvenes sin empleo, que pronto llegará a dos millones.
Aunque han sido invitadas todas las organizaciones juveniles de los partidos políticos y sindicatos, los jóvenes han brillado por su ausencia. Los republicanos dicen que se ha tratado de una farsa; los socialistas, que no ha sido suficiente mente preparada, y los liberales han sostenido que no se puede ha blar de empleo de los jóvenes, sin tener en cuenta los factores estructurales de la crisis económica, como la absoluta falta de una política de programación, la ausencia de racionalización en la Administración pública, y la necesidad de contener los gastos públicos.
Clausuró los tres días de estudio la ministra del Trabajo, Tina Anselmi, anticipando ideas de la ley que el Parlamento está estudiando. Desde el aumento de la base productiva a la revalorización del trabajo manual, desde el servicio civil productivo, a una mayor profesionalización de la Universidad, y sobre todo la Europa unida, son las soluciones de un problema que el subsecretario Evangelisti, ha definido en apertura internacional.
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