Los empresarios turísticos gerundenses también piden ayuda a la Administración

Cuando la temporada turística española toca a su fin, el balance de los meses de verano parece haber sido muy satisfactorio, hasta el punto de que en una reunión mantenida por representantes del sector de la Costa Brava gerundense, éstos decidieron no pagar los impuestos de beneficios y tráfico de empresa, que iban a ser aumentados este año en unos porcentajes que los empresarios estiman no poder asimilar, según señala Cifra.Otra de las conclusiones a que llegaron los hoteleros gerundenses, reunidos en Lloret del Mar, hace referencia a la motivación política más que económica que ha causado la recesión turística registrada este año.

La crisis, han manifestado los empresarios hoteleros, puede tener consecuencias muy graves para el sector a menos que se arbitren soluciones de urgencia, que la Administración a pesar de los reiterados planteamientos no parece dispuesta a ofrecer. En este sentido, los empresarios turísticos vuelven a insistir y tienen en proyecto presentar una plataforma de cinco medidas de urgencia para evitar el hundimiento, según ellos, de la casi totalidad de las empresas.

Estas medidas consistirían en una amplia desgravación fiscal; reducción de tarifas en los servicios de teléfono, electricidad, propano y fuel-oil a niveles de 1971; que la Administración otorgue precios políticos para las más importantes materias primas que el sector consume; una nueva legislación laboral de las empresas de temporada, y que se conceda una moratoria de dos años en el pago de las cuotas de la Seguridad Social.

A pesar de que los empresarios turísticos catalanes, al igual que otros muchos, ponen de relieve que la crisis turística se debe a razones políticas, algunas agencias francesas, según señala Logos, ponen de manifiesto que si nuestro país estableciese precios especiales de la gasolina para turistas, con bonificaciones del 40 al 20 por 100, recuperarla una gran parte de la clientela perdida desde 1972, ya que consideran un grave perjuicio para el turismo español el hecho de que los precios de la gasolina sean iguales o superiores a los que rigen en el país galo, lo que retrae en buena medida al turista que viene a nuestro país por carretera.