El Super Ser atacó mientras los demás se avituallaban

El ataque del Super Ser en la etapa Cartagena-Murcia fue de verdadera astucia. En lugar de tomarlos alimentos en la zona de avituallamiento prefirieron venir cargados desde el hotel y atacar justo cuando los demás equipos cogían las bolsas. Especialmente el Kas, claro.Las cosas han cambiado. Ayer ya pudimos ver carrera sin que nadie nos echara del campo, de visión de los corredores. La etapa, con cortes definidos y sin batalla en el gran pelotón, no tuvo ninguna historia complicada, así que deseemos que en el futuro continúe todo así. A fin de cuentas los periodistas venimos a la Vuelta para informar, no para hacernos los «listillos» ni lo «mártires».

Del gran pelotón llegó descolgado ayer a Almansa un grupo de rezagados entre los que venían cuatro españoles. Los hombres que menos fuerzas tienen, como resulta obvio: Santisteban, Balagué, Vallori y Ordiales. Con ellos, claro, todos belgas y holandeses. Uno de, estos últimos, Van Neste, casi se lleva un buen puñetazo del buenazo de Santisteban, porque no hacía más que molestarle mientras tiraba del grupo. El montañés, como quiza sepan, es alto y fuerte. Van Neste, en cambio, es el extranjero más pequeñito de la carrera y la pelea hubiese estado totalmente desnivelada.

Pintens, el vencedor ayer, es un mercenario del ciclismo. Ha cambiado innumerables veces de equipo y cuenta ya con treinta años de edad. Jacques, en cambio, es el segundo año que -corre como profesional y en, la última Vuelta a: Levante quedó quinto. No es que sea ninguna maravilla, pues hasta él mismo dice que Van den Haute, su compañero del Ebo, es el mejor, pero ahí le tienen como maillot amarillo de la Vuelta.

Los dos asturianos fuertes que quedan en carrera-Cima y José Manuel García, se recuperan de sus caídas. Al segundo, le tuvieron que dar tres puntos de sutura en la ceja izquierda, rota en la séptima etapa. Ha sido, la última de las lesiones aparatosas.