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Carlos Alcaraz
6
6
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Lorenzo Musetti
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Alcaraz culmina un día para enmarcar: victoria, semifinales y número uno final

El español bate a Musetti, firma el pleno y accede a la penúltima estación de Turín con el trono asegurado, después de un extraordinario mano a mano con Sinner

Alejandro Ciriza

Si tiene algo entre ceja y ceja, pocas veces se le escapa a Carlos Alcaraz, que salta a la pista por la noche sabiendo que ya cuenta con el billete para las semifinales de la Copa de Maestros en el bolsillo —lo garantiza a las cuatro de la tarde el 7-6(3) y 6-3 de Alex de Miñaur a Taylor Fritz— y se lleva el pack completo. Como decía él hace cuatro días: “¿Y por qué no?”. Gran noticia el pase, pero todavía puede ser mejor. Mucho mejor. Acabar primero de grupo y evitar un cruce con Jannik Sinner en la escala del sábado es una recompensa mayor, y aún tiene a tiro otra superior si resuelve y logra la tercera victoria: así es, oficialmente cierra el año en la cima. Es la segunda vez. Son once meses totales, rematados con el 6-4 y 6-1 (tras 1h 23m) de la rúbrica.

Este viernes, a la hora de comer, recibirá el trofeo que acredita el nuevo éxito. Prevalece finalmente sobre Sinner y terminará el curso con el 1 a la espalda. Lo defenderá como mínimo hasta el Open de Australia. Se expresa feliz, pero templado. Esto no ha acabado. “A principios de año lo veía muy lejos, porque Jannik ganaba todos los torneos. Sin embargo, a la mitad me enfoqué en este objetivo porque fui capaz de mostrar un gran nivel en cada torneo. Estoy muy orgulloso”, señala. Recuperó el mando en Nueva York, septiembre, y aunque lo perdió momentáneamente tras el paso fallido por el Masters de París, no lo soltará como mínimo hasta finales de enero. En la penúltima estación se encontrará el sábado con Alexander Zverev o Felix Auger-Aliassime. Con la felicidad patea una pelota.

Ciudad futbolera, Turín, con el Comunale solapado al Inalpi Arena y el romántico recuerdo de Il Grande Torino, sueño destruido por la tragedia aérea de Superga. Domina hoy la pose altanera de la Juve, aunque Alessandro del Piero, símbolo bianconero él, lo disfruta como uno más: también era de esa escuela. Le llamaban Pinturicchio por la genialidad, así que goza desde la grada de los latigazos de Musetti y de la inagotable imaginación de Alcaraz. Delicado el murciano en esa volea cortada, muy metido en la pista, al abordaje en un pulso que transcurre a pocos tiros, castigándose uno y otro con prisas. “¡Sigue, sigue!”, le apremia Samuel López. “¡Buen trabajo!”, aprecia Juan Carlos Ferrero.

“¡Lo-ren-zo, Lo-ren-zo!”, jalea la grada al tenista local, a ver si de ese modo eleva otra vez la barbilla, gesto ahora de circunstancias. Musetti ha perdido el primer set después de haber hecho lo difícil: devuelve el globo con un escorzo de revés, pero a la siguiente maniobra, la bola se le va al pasillo. Y ruge Alcaraz. Lo tiene cerca. Aprieta. “¡Venga, va, hay que seguir ahí!”. Escucha la directriz el de El Palmar y percute, erre que erre. No va a ser nada sencillo para el italiano, mientras su compatriota Matteo Berrettini, bien atento, reproduce el gesto del número uno para su acompañante: “¿Ves? Lo hace así, ¡zas!”. Esa meteórica torsión de codo y muñeca para descerrajar el tiro.

Fricción constante

Llegado ese punto, los rostros dicen que no son muchos los que confían en que su jugador le dé la vuelta a la historia. A la baja Musetti, creciente Alcaraz. Al de Carrara, que llegó a Turín cuando tenía pie y medio en las vacaciones, repescado sobre la bocina por la renuncia de Novak Djokovic, empieza a fallarle el depósito y el rival sigue compitiendo con hambre, decidido. El bocado (rotura para 3-1) parece ser definitivo (como así será), aunque el transalpino tira de arrebato (dos opciones de break) y contraataca. Nada, agua. No hay retorno para él. Los servicios cortados cercenan la posibilidad de que se reenganche y cae. Hay favor de vuelta: De Miñaur será el segundo semifinalista.

Vence Alcaraz, logra el billete y se apropia definitivamente del número uno en un año en el que la fricción competitiva entre él y Sinner ha sido constante. Maravillosa la pugna, de poder a poder y con una sola tregua: entre febrero y mayo, cuando el italiano se vio obligado a permanecer en la reserva por el castigo asociado al clostebol. Suspiros de alivio por su parte, porque inicialmente eran dos años. Lo aprovechó el español para ganar terreno y consolidar su hegemonía sobre tierra batida, aunque en Roland Garros todo se equilibró y llegó el clímax. Quién sabe cómo hubiera transcurrido todo más adelante, de haber convertido el de San Cándido una de esas tres bolas de campeonato.

No lo hizo, aunque apenas un mes después se resarció en Wimbledon, donde apenas hubo discusión en el desenlace. Esa tarde, Sinner escupió pelotazos vertiginosos desde la línea de fondo y el murciano —“¡Es mucho mejor que yo!”— no pudo seguirle el ritmo, pero lo impuso él dos meses más tarde, en Flushing Meadows. Allí, otro volantazo y la versión más dominante del español, recto este, serio y concentrado, un campeón redondo; sin fisura alguna y, de nuevo, en lo más alto. ¿La perfección? “No existe, pero tal vez se pueda rozar”, comentaba en el encuentro neoyorquino con este periódico, concienciado para no perder finura en el trazado final del otoño.

Todo comenzó en esa pista, la abrumadora central en la que se entronizó tres años antes, cuando tenía tan solo 19 y le decía al mundo que aquí estaba él, que efectivamente había llegado, que era tan precoz, tan positivamente descarado y tan bueno como se presumía. No era un farol. Verdad de la buena. “Quiero sentarme en la mesa de los mejores”, advertía en su documental (Carlos Alcaraz: A mi manera). No va por mal camino, un estilo propio. “Ha elegido la ruta más difícil”, opina Andre Agassi, al que seguramente no le falte razón. Osadía y fantasía. ¿Competir? También. Este Alcaraz no es el chico exclusivamente instintivo de antes, con un punto kamikaze. Así lo dicen: se acerca al todo.

Carlos Alcaraz
vs
Lorenzo Musetti
Sets:
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 17/25 68%
dentro/totales 22/35 62%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 15/17 88%
dentro/totales 14/22 63%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 5/8 62%
dentro/totales 9/13 69%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 12/35 34%
dentro/totales 5/25 20%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 1/2 50%
dentro/totales 0/0 0%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 4/0 100%
dentro/totales 7/0 77%
Aces
1
3
Dobles faltas
0
0
Golpes ganadores
14
5
Errores no forzados
14
11
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 19/27 70%
dentro/totales 14/21 66%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 15/19 78%
dentro/totales 5/14 35%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 4/8 50%
dentro/totales 3/7 42%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 13/21 61%
dentro/totales 8/25 32%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 2/3 66%
dentro/totales 0/2 0%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 2/0 66%
dentro/totales 7/0 87%
Aces
1
0
Dobles faltas
0
0
Golpes ganadores
12
3
Errores no forzados
7
8
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 36/52 69%
dentro/totales 36/56 64%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 30/36 83%
dentro/totales 19/36 52%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 9/16 56%
dentro/totales 12/20 60%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 25/56 44%
dentro/totales 13/50 26%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 3/5 60%
dentro/totales 0/2 0%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 6/0 85%
dentro/totales 14/0 82%
Aces
2
3
Dobles faltas
0
0
Golpes ganadores
26
8
Errores no forzados
21
19

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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